¡STOP!

¡Basta! ¡Basta! De nuevo comienzan a discutir... Papá agarra a mamá fuertemente del cabello y le grita con dureza al oído; ella deja correr lágrimas por su cara pintada de un rojo intenso. ¿Qué habrá hecho mamá para que papá la golpee? Lloro, lloro porque no sé por qué mamá sufre tanto.

Con el tiempo seguí creciendo y mamá siempre hacía lo que le decía mi padre. Innumerables fueron las noches en las que me desperté sobresaltado por los sollozos de mi madre. Una noche decidí enfrentar a mi padre y él me abofeteó con todas sus fuerzas.
_ ¡No! ¡Mi hijo no!- exclamaba mamá con voz temblorosa, con miedo a que papá la golpeara de nuevo. 
 Yo, encerrado en mi habitación, sollozaba de rabia por no hacer nada por ella, ¿Qué puede hacer un niño de ocho años?

Una tarde de julio, venía de la escuela, afuera de la casa vi patrullas de policías, la intermitente luz de las sirenas y las miradas de compasión de los vecinos. ¿Qué pasó? ¿Por qué todos me miran?

Mi tía se acerca a mi con los ojos aguados, me estrecha en sus brazos y me voy con ella a su casa. 


_ Tía, ¿Dónde está mami?
_ Ella se fue de viaje a un lugar maravilloso... Mientras que tu padre los abandonó...

Mi tía supo engañarme fácilmente, pero con el pasar de los años, a medida que iba creciendo, no pudo seguir con su mentira inocente. Me contó la verdad y me llevó al lugar donde reposaban sus restos. Me arrodillé ante su lápida, grité con todas mis fuerzas mi cariño hacia ella y, lloré por su partida.

Veo niños jugar con sus madres y yo no.
Veo niños que no quieren a sus madres y yo sí.
Veo cómo algunos crecen y se olvidan de ellas, mientras otros se vanaglorian de tenerla...

"Cuida y agradece todos los días a Dios por tener a tu mamá a tu lado." 




Comentarios

Entradas populares