Encuentro Casual
Las casualidades que tiene la vida, estaba en la biblioteca y me conseguí a una hermosa chica que estudia conmigo... Estaba concentrado leyendo una novela, subí la mirada para observar a los pocos lectores que se encontraban sentados en las mesas adyacentes; en frente de mí, estaba ella mirándome con sus hermosos ojos azules, ¡oh! esa mirada me desnudó con malicia. Bajó la vista y siguió leyendo mientras reía con picardía.
Al rato escuché un siseo, era ella invitándome a que la siguiera a buscar unos libros fuera de la vista de los demás, Caminaba a su lado imaginando lo que iba a pasar. Llegamos a un rincón solitario, antes de que hablara me abalacé sobre ella para besarla, aquellos besos fueron la gloria; mis manos recorrian su cuerpo y las suyas se aferraban con fuerza en mi cabello... Su boca estaba tibia, su lengua se entrelazaba con la mía desenfrenadas por la pasión.
_ ¡Bésame!_ Me decía susurrándome al oído, mientras me besaba el lóbulo de la oreja.
_ Shhh... Alguien puede oírnos.
Estaba nervioso, no puedo negarlo, pero no me importó si nos descubrían. Aquellas caricias por todo el cuerpo me comenzaban a excitar, con la respiración entrecortada dejamos de besarnos, le propuse ir a un sitio más privado y aceptó sin dudarlo...
Ella lleva un bello conjunto de lencería, su cuerpo esbelto provoca recorrerlo con mi boca... Y pensar que todo comenzó con unos simples besos...
Tal vez tenga más encuentros casuales como este.
Al rato escuché un siseo, era ella invitándome a que la siguiera a buscar unos libros fuera de la vista de los demás, Caminaba a su lado imaginando lo que iba a pasar. Llegamos a un rincón solitario, antes de que hablara me abalacé sobre ella para besarla, aquellos besos fueron la gloria; mis manos recorrian su cuerpo y las suyas se aferraban con fuerza en mi cabello... Su boca estaba tibia, su lengua se entrelazaba con la mía desenfrenadas por la pasión.
_ ¡Bésame!_ Me decía susurrándome al oído, mientras me besaba el lóbulo de la oreja.
_ Shhh... Alguien puede oírnos.
Estaba nervioso, no puedo negarlo, pero no me importó si nos descubrían. Aquellas caricias por todo el cuerpo me comenzaban a excitar, con la respiración entrecortada dejamos de besarnos, le propuse ir a un sitio más privado y aceptó sin dudarlo...
Ella lleva un bello conjunto de lencería, su cuerpo esbelto provoca recorrerlo con mi boca... Y pensar que todo comenzó con unos simples besos...
Tal vez tenga más encuentros casuales como este.
Comentarios
Publicar un comentario