El Mago de la Luz

     Recuerdo que cuando niño mi abuela María le encantaba contarme cuentos, grandes historias de personajes famosos, alguno que otro, inventado por ella. Todas las tardes se sentaba a mi lado y con gran parsimonia, comenzaba la tertulia. Yo escuchaba atento todo lo que me decía, sus palabras eran poesía para mis oídos; algunas veces dejaba volar mi imaginación, tomaba ese barco que me alejaba del pantano de la ignorancia y me sumergía en un mar de aventuras y conocimientos.
     Un día me habló de un gran hombre que era muy virtuoso con las manos; un verdadero artista, el cual hacía bellas pinturas, magníficas esculturas y hermosas muñecas de trapo. Un hombre que vivía en una pequeña isla, la cual se encargó de embellecer a través de sus pinturas. Toda la naturaleza y el paisaje, quedaron inmortalizados en sus lienzos… Lienzos en los cuales reflejaba la blanca espuma del mar; la playa de un color sepia; y la belleza de su musa Juanita.
_Abuela, ¿Quién es ese?
_Ese, nieto mío, fue un gran hombre… alguien que fue capaz de soñar frente al papel o al lienzo.
     Mi abuela me contaba que muchos lo tildaron de “chiflado”, peor aún, “el loco de la playa”; pero que los que lo llamaban así, nunca supieron comprender al artista. Un ser humano, que luchó hasta el final de su vida,  por retratar la luz que percibían sus ojos. Hoy en día sé quién fue ese hombre; un artista plástico, un “mago de la luz”, que supo plasmar el brillo en sus cuadros… Un hombre llamado: Armando Reverón.




Comentarios

Entradas populares