Me voy o me quedo
Amigos, les
confieso que lloro y me desespero a veces por la situación tan difícil por la
cual atraviesa el país. Pienso que las cosas deben cambiar, mejorar para bien y
no para mal. Mi corazón se vuelve diminuto al escuchar el sollozo suplicante de
una madre que no consigue el alimento para sus hijos. Las lágrimas corren por
mi rostro con el sabor amargo de la decepción. ¿En verdad me quiero ir? ¿Me
quiero quedar? La incertidumbre ronda en mi cabeza, las interrogantes son el
eco de mis pensamientos…
Quiero irme a otro país a buscar nuevas
oportunidades de estudio. Mi madre me dice que sería bueno que viaje, aprenda
otro idioma, otra cultura. Pero no, la razón me obliga a quedarme y luchar por
este país que me necesita tanto. Este país que me vio nacer y crecer; el cual
me abrió los brazos y me aceptó como un hijo más que nace en esta tierra.
Pensándolo bien, debería quedarme. Sí, me
voy a quedar para luchar por mis sueños y demostrar que en Venezuela todavía
hay oportunidades de estudio y de trabajo. Diviso la belleza del Ávila desde mi
apartamento y sinceramente no cambio esta vista por nada del mundo.
Amiga me quedo, no te abandono, cuenta con
mi apoyo que aquí me tienes. Te admiro, te amo y te adoro. Recibe el llanto
agradecido de este hijo que no te abandona. Quiero seguir contemplando tus
paisajes, con la mano en el pecho te digo:
GRACIAS por todo lo que me has regalado.
Agradecido y orgulloso estoy de ser venezolano.
Historias como estas escuchamos a diario
de parte de los jóvenes estudiantes. Que no se extinga la llama de la esperanza
que aguarda en sus corazones y que día a día brille con más fulgor. Esfuércense cada día por ser mejores en lo que hacen, y sobre todo, dejen el nombre de Venezuela en alto.
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