El Gran Secreto
Carlitos
un día despertó muy alegre, no sé a ciencia cierta si su alegría era porque ese
día vería a su abuela Ana, mejor dicho, “Abue anita”, como él le dice. Cuando
tocan el timbre el niño salió corriendo para recibirla, sabía muy bien que
sería ella, cargada de una maleta repleta de muchas cosas, entre ellas
golosinas.
— Abuela, ¿Cómo estás? ¡Cuánta
alegría me da verte!
— Carlitos, nieto mío—le da un
casto beso en la mejilla— ¡Estoy muy bien! A mí también me da gusto verte mi
niño.
“Abuelita soñé con un gran gigante que era
de tierra y de un color verde monte… parecía una gran muralla a punto de tocar el
cielo, una inmensa edificación que ningún ser humano podría escalar. Las
impolutas nubes rozaban tímidamente con su cuerpo, y él dormido no se inmutó
por la presencia de ellas. Yo diría abuelita que ese gigante es el guardián de
Caracas…
— ¿En serio
Carlitos?, ¿Qué gigante es ese?
— Uno que duerme plácidamente en esta cosmopolita ciudad. Uno al cual admiro desde la ventana de mi cuarto al despertar... un gran guardián que me hace sentir diminuto si me comparo con él.
— Carlitos, ¡Qué gran imaginación tienes! Ese guardián es nada más y nada menos que...
— ¡No lo digas abuelita! Por favor, guardemos el secreto.
La señora le dio un beso en la frente, luego le dijo: "Tranquilo nieto mío, este será nuestro gran secreto..."
Cerro El Ávila
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