La casa que perteneció al último Marqués

     Ubicada en la avenida Panteón de Caracas, se encuentra la hermosa y magnífica Quinta de Anauco. Antiguamente era llamada la "casa de Solórzano", en recuerdo de su antiguo dueño, el Capitán Juan Javier Mijares Solórzano, quien la mandó a construir. Con el terremoto ocurrido en Caracas el 26 de marzo de 1812, la casa no sufrió daño alguno, ya que lo refleja el inventario dejado por el Capitán Mijares. El 24 de enero de 1978 la residencia y sus jardines fueron decretados Monumento Histórico Nacional. 

     Para llegar a la vivienda hay que caminar por un camino empedrado, las piedras del camino son la viva imagen de los años transcurridos. Por los alrededores se erigen grandes árboles que impiden que los rayos del sol iluminen el sendero real. Al llegar a la morada se divisa una fuente que emana un tímido chorro de agua, y detrás se encuentra la fachada altiva del inmueble, típico del arte colonial en Venezuela, especialmente del siglo XVIII. 

     Al entrar a la vivienda el lugar es acogedor, la sala es inmensa, está tapizada en damasco carmesí con molduras doradas. Grandes cortinas de seda se hallan delante de todas las puertas y ventanas. hay sofás, sillas de brazo y taburetes; así como arañas de cristal y espejos de lujo que las complementan. El tapiz de flores de carmín parecieran moverse y tener vida propia; dan la ilusión de mecerse, de vez en cuando, con las ráfagas de viento que entran al lugar. 

     El 26 de septiembre la ocupó el General Francisco Rodríguez del Toro, marqués del Toro, quien murió el 7 de mayo de 1861. El Conde fue el último marqués residenciado en Caracas. Con la muerte del marqués el inmueble pasó por diferentes propietarios e inquilinos. Finalmente quedó en manos de don Domingo Eraso y permaneció en poder de la familia durante 97 años. Posteriormente sus nietos decidieron donarla a la nación el 23 de junio de 1958, para que sirviera de Museo de Arte Colonial, y bajo la custodia de la Asociación  Venezolana de Amigos del Arte Colonial. Esta asociación fue fundada el 28 de octubre de 1942 por el Dr. Alfredo Machado Hernández. 

     Los terrenos que circundan la quinta, así como sus patios internos, fueron arreglados como jardines ornamentales, según el gusto francés. Los jardines están muy bien cuidados, hay distintas especies de plantas y árboles, los cuales se atavían de diferentes especies de pájaros que se posan sobre sus hojas y ramas. El follaje de los arbustos, con un verde tan intenso, te transporta a un escenario selvático, y te deja volar la imaginación haciéndote naufragar por un mundo desconocido. Las hojas de las palmas reales se mecen con el viento, el vaivén de sus cuerpos parecieran bailar un pasodoble o un vals, a la vez que murmurarnos mil cosas al oído. 

     La Quinta Anauco es un lugar espectacular, valioso y magnífico que podemos visitar. Vayan a visitarla y adentrarse en este maravilloso tesoro histórico. 



     

     

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